Atlántico


María Cristina Sorrentino

Argentina

 

 




Montado el viento sobre lomo de crines turbias

se desploma agónico en la orilla.

El azul milenario desgasta la piedra

roe la playa

y regresa a su hondura infinita.

Gotas salobres perlan los párpados

quizás, las olas alguna vez fueron lágrimas

en eterna noria de ausencias…

Duerme la tarde.

Cubren el sol bajo el horizonte

sábanas de espuma.

En la arena

las caracolas sueltan amarras

dejándose ir.

Violentos embates

conmueven el abismo profundo

pero ella –solo ella–

luna que espeja lozana bruñida negrura

en diálogo sensual marca ritmos infinitos

sístole y diástole

–desde tiempos sin mensura–

el vaivén de la marea.

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