Las cosas perdidas

 José Osvaldo Antequera 

Argentina

 




El viento nos trae la música

de la tierra: las hojas y la nieve

las noticias, las repercusiones y las horas.

Las cosas de otros

pasan por la ventana soberbia del presente

y nos agobian como fantasmas propios

que también son nuestras pérdidas.

También los gestos individuales

traídos por la escoba del viento.

Lo que hicieron los niños

tras ingerir las uvas

para el cuadro de Murillo.

Se arremolinan embistiendo pasos

imitando acciones para los que vendrán.

El viento nos recuerda el olvido

la secuela de los pecados del mundo.

Personificamos el dolor que padecieron otros

semejante al que sufrirán más allá de nosotros.

Las cosas perdidas siempre vuelven a interpelarnos

confrontación que nos recuerdan los estragos de papel

envoltorios de obsequios desaparecidos, insumos y caprichos

deambulan por la noche cual medusas de plástico.

Como nuestra desidia y negación de que somos

uno entre todos

con todo

con el todo.

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